viernes, 28 de junio de 2013

Ginger y Rosa (Ginger & Rosa, 2013)

Recomendada para: si disfrutaste películas como Notes on a Scandal o An Education y si los dramas rudos son lo tuyo. 
No recomendada para: si no te gustan el cine de arte ni las películas lentas, de muchas palabras y poca acción, o si ir al cine a sufrir y enojarte no es tu idea de entretenimiento. 
Hace ya un buen rato que una película no me hacía sentir todo lo que Ginger y Rosa logró, y eso -a pesar de que mi reacción fue ira de la más pura- se agradece bastante. No se malinterprete: aunque la peli me hizo enojar un montón, dista mucho de ser mala; al contrario, la historia se vuelve de pronto tan intensa, y los personajes tan verosímiles, que uno no puede hacer otra cosa sino identificarse en mayor o menor medida con ellos, y esto la convierte en una gran y poderosa historia. 

La cinta, escrita y dirigida por Sally Potter, cuenta la historia de Ginger (Elle Fanning) y Rosa (Alice Englert), amigas desde que nacieron, al mismo tiempo, en el Londres de 1945, en el momento en el que la bomba atómica de Hiroshima terminaba con miles de vidas. El conflictivo mundo en el que viven es el de la Guerra Fría y, aunado a ello, también atraviesan por los problemas que las familias disfuncionales -o sea, casi todas- tienen: abandono, incompatibilidad de caracteres y, por encima de todo, adolescencia / aborrescencia. Cuando las chicas tienen diecisiete años, o sea, en 1962, dos hechos importantes marcarán sus vidas: la amenaza de bombardeos nucleares desde Cuba, y un hecho familiar que cambiará para siempre el curso de su amistad. 

Del monumental reparto, conformado por actores de la talla de Timothy "Wormtail" Spall, Oliver Platt y Annette Benning, destaca Elle Fanning, quien está cumpliendo las promesas que su hermana mayor, Dakota, nos hiciera después de I am Sam, y que rompió después de su participación en la por nosotros altamente repugnada saga de Pinchúsculo. Un aplauso para la señorita Fanning (la chida, no la vendida amiga de la cara de ladrillo, Kristin Stewart) Alice Englert, que después de su participación en Hermosas criaturas (O sea, Pinchúsculo: el refrito) me había caído bastante mal, acabó por reivindicarse con su interpretación en esta cinta (aunque, si consideramos que esta peli se filmó antes que Hermosas criaturas, mejor le diría a la niña que está a buen tiempo de no tirar su carrera a la basura). El resto del reparto, para no dejarlos de lado, también hacen un gran trabajo; Alessandro Nivola y Christina Hendricks como los padres de Ginger se rifan bastante. 

Un punto "débil" de la peli es que es increíblemente lenta; aunque sólo dura hora y media, se siente como si fuera, por lo menos, treinta minutos más larga, además de ser bastante silenciosa (cosa que noté de la manera más incómoda porque mi asiento rechinaba horrores y el ruido no se disimulaba con la peli... pero con los trailers al inicio sí). Sin embargo, estos son detalles "menores", puesto que sirven, de alguna forma, para enriquecer las sensaciones que provoca la película, ayudando a los espectadores a prestar muchísima más atención a los conflictos de los personajes. Es una cinta en la que los gestos y las miradas cuentan mucho, así que si la ven, pongan atención a los detalles. 

Otro punto "en contra" es que, gracias a la poca distribución de cine de arte en nuestro país, la cinta se encuentra en pocas salas y auguro que no durará mucho en cartelera, así que, si les llama la atención, corran a verla antes de que la quiten. 

A pesar de que se trata de una película de situaciones tremendas, con varios personajes absolutamente detestables y lenta, leeenta como ella sola, le doy muchos puntos a Ginger y Rosa por haberme hecho simpatizar con la protagonista de una forma en que no lo creía posible y sentir, como hace mucho no sentía, un montón de emociones en la hora y media que duró la cinta. Así que si el cine de arte es lo suyo, definitivamente no se pueden perder Ginger y Rosa. Y ahí nos cuentan qué les pareció.

Ana Sthal @anasthal

ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos contienen información esencial acerca de la trama de la película.

Me latió: 

1. Ginger. Elle Fanning como Ginger, particularmente la escena climática del llanto desesperado. Aplausos de pie, por favor.

2. La peli refleja excelentemente el mundo "hippie", intelectualoide, en el que de plano algunos valores tradicionales -que por algo se han ganado su lugar tanto de valores como de tradición- como la familia se pasan, soberanamente, por el arco del triunfo. El contraste queda bien definido entre Ginger, Rosa y Roland: Ginger, activista, hippie y todo, se rompe cuando el patán de Roland, más hippie y anti-valores se mete con Rosa, la amiga mojigata y "tradicionalista" que anda buscando el "amor verdadero". Mind-blowing en verdad.

3. La pareja gay y la amiga gay, el trío monumental Timothy Spall-Oliver Platt-Annette Benning. Son lo más lindo de la película. Bueno, son lo único lindo, en realidad. 

4. El cachetadón que le acomoda Anoushka a Rosa. Fue extremadamente liberador, jaja. 

No me latió: 

1. Rosa. Bueno, me gustó la actuación de Alice Englert, pero el personaje hasta asco me provocó. Lo mismo con Roland. Qué porquería de gente.

2. Hay momentos en los que no les compro para nada que Ginger y Rosa sean de la misma edad y, si lo son, qué mal ha tratado la vida a Rosa.

3. Esa tarugada de que Ginger se llama África.


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